La Comunidad Autónoma, a través de la Consejería de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía, ha lanzado la campaña ‘Take away: Sobra? Llévatelo’, que tiene como objetivo que el consumidor se lleve a casa lo que sobra cuando va a un restaurante para reducir el desperdicio alimentario, al tiempo que da cumplimiento a los objetivo de la Agenda 2030 y a los principios de la economía circular.
La Dirección General de Consumo ha realizado 10.000 envases y 10.000 bolsas con el logotipo de la campaña y el escudo de la Región para repartir entre los hosteleros y restauradores con el fin de que animen a los consumidores a evitar el desperdicio en las fiestas navideñas.
La consejera de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía, Valle Miguélez, que presentó la campaña, indicó que “la Región se adelanta así a la futura ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, cuyo anteproyecto ya ha sido aprobado por el Consejo de Ministros y que verá la luz el próximo año”.
Miguélez explicó que “esta campaña fomenta el consumo de productos de restauración ‘para llevar’, de tal forma que los consumidores puedan disfrutar de la misma comida y calidad en casa, y paliar así los daños provocados por la crisis sanitaria de la Covid-19; y al mismo tiempo anima al cliente a llevarse a casa la comida no consumida, que de otro modo iría a parar a la basura”.
Entre las medidas que contempla el anteproyecto de ley se encuentra crear plataformas para reducir las pérdidas y el desperdicio, asegurar instalaciones y medios de almacenamiento y procesos adecuados, mejorar las técnicas de etiquetado y mercadotecnia, generando productos seguros y nutritivos que no se desperdicien o descarten; fomentar la información y el consumo sostenible, reducir el desperdicio a lo largo de la cadena alimentaria y obligar a los empresarios a informar del derecho de los consumidores a llevarse a casa la comida no consumida.
Asimismo, el objetivo 12 de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, dispone que para 2030 hay que reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante y reducir la pérdida de alimentos a los largo de las cadenas de producción y suministro, para ello hay que poner en marcha iniciativas que eviten el desperdicio de alimentos con actuaciones en toda la cadena alimentaria, desde el origen en el propio proceso de cosecha, hasta los hábitos de consumo en los hogares y en la restauración.
“Reducir el volumen de pérdidas y desperdicio alimentario es un imperativo moral, ya que dichos restos suponen un quebranto en términos de justicia social, protección ambiental y de crecimiento económico”, agregó Miguélez.