El diseño de interiores es una disciplina fundamental para convertir una vivienda vacía en un verdadero hogar para sus propietarios. El trabajo de los diseñadores interioristas es esencial para entender bien los deseos de los propietarios y crear un hogar a medida teniendo en cuenta su personalidad, sus gustos y sus preferencias a nivel de decoración.
Existen en este sector profesionales que han logrado hacerse un nombre y ganarse una reputación a nivel nacional, como es el caso el diseñador interiorista Ramón García Jurado. Este diseñador de interiores, con especialización en la Alta Decoración, cuenta con una dilatada trayectoria profesional en la que ha puesto en marcha una gran cantidad de proyectos que avalan su buen trabajo.
Una carrera profesional al servicio del interiorismo
Nacido en el año 1960 en Madrid, Ramón García Jurado se trasladó en los años 80 a los Estados Unidos. Tras vivir en Los Ángeles y San Francisco, se mudó a Nueva York donde inició los estudios de “Interior Design” en la prestigiosa Parsons School of Design. Después de culminar esta formación siguió completando sus conocimientos en la Rhode Island School of Design donde se graduó como “Bachelor in Architecture” y también como “Bachelor in Fine Arts”.
Pero sus inquietudes formativas no cesaron y continuó formándose más tardes con un Máster en Historia del Arte en el A.A.A. de Londres. Ya para finales de los 80 regresó a los Estados Unidos para graduarse con un “Master of Arquitecture” en la Harvard University Graduate School of Design. Tras este periplo en el extranjero en el que se forjó como profesional, Ramón García Jurado regresó a España a principios de los años 90.
Desde que llegó empezó a colaborar con algunos de los profesionales de la decoración más prestigiosos y decidió abrir su propio estudio en el que, por más de 20 años, ha desarrollado multitud de proyectos tanto en España como en el extranjero, siempre priorizando la exclusividad y la sofisticación en cada uno de ellos al más alto nivel.
¿Cómo es el trabajo de Ramón García Jurado?
En el trabajo de Ramón García Jurado tiene un gran protagonismo la inteligencia emocional. El interiorista se centra en vender ideas, más allá de elementos físicos o materiales. El objetivo es que las ilusiones y el esfuerzo del cliente se materialicen de la forma en que desean. Solo de esta forma es posible conseguir un entusiasmo por parte de los clientes para que su satisfacción sea lo más elevada posible.
Ramón lo tiene claro: no diseña ni decora según su personalidad, sino para cada cliente en específico. Cada puesta en escena se adapta al cliente para encontrar lo más apropiado para su hogar después de analizar el tipo de persona que es, el estilo de vida que lleva o el uso que le va a dar a la casa, entre otros factores. Solo tras un análisis riguroso del cliente y de la vivienda, Ramón inicia el diseño del proyecto de una forma meticulosa y personalizada.
Por ello, en alguna entrevista ofrecida a los medios de comunicación, Ramón García Jurado ha declarado que su trabajo es muy variado y se inspira en toda la historia de la decoración. Afirma que “nuestro espíritu es optimizar las expectativas y los deseos de cada cliente”. De esta forma es capaz de crear espacios que puedan seguir estilos clásicos o contemporáneos en función de la situación y de cada cliente.
Un interiorista inspirado por grandes referentes
Ramón García Jurado tiene fuentes de inspiración muy diversas, ya que no cree en las tendencias sino en lo que es apropiado para cada cliente, lo que le ha llevado a dominar repertorios de lo más variados. Entre sus referentes personales podemos encontrar decoradores muy reconocidos a nivel internacional como son Renzo Mongiardino, David Hicks, Tony Duquet o Jean Michel Frank, entre otros. Sus casi 30 años trabajando en el diseño de interiores les ha permitido trabajar para clientes muy diversos, pero siempre tiene un único objetivo en cada proyecto: reflejar el espíritu de quienes habitan las casas.
La existencia de diseñadores interioristas como Ramón García Jurado permiten a muchas personas transformar viviendas vacías en hogares que reflejan su personalidad y su estilo de vida para, y nunca mejor dicho, sentirse en casa.