El examen del MIR (Médico Interno Residente), es una prueba de acceso dirigida a los médicos licenciados, para poder conseguir una plaza como especialista en formación en el Sistema Nacional de Salud.
Es un proceso similar a una oposición, la convocatoria es anual y tiene carácter nacional. El examen está compuesto por 200 preguntas tipo test con cuatro alternativas de respuesta, más 10 preguntas como reserva en caso de impugnación.
En este artículo, daremos información sobre las peculiaridades de este proceso de selección y algunos consejos para prepararlo de la mejor manera.
Consejos sobre cómo preparar el examen MIR
Uno de los pasos previos más importante, antes de apuntarte a la convocatoria del MIR, es asegurarte de que cumples todos los requisitos exigidos y preparar toda la documentación necesaria.
Los requisitos para formalizar la inscripción son:
- Tener activo el DNI o el certificado electrónico para acceder a la inscripción telemática.
- Título de grado/licenciatura en Medicina o el certificado sustitutorio, si acabaste la carrera recientemente.
- El Modelo 790, debidamente cumplimentado, haciendo abonado las tasas.
- El certificado de notas oficial de tu universidad.
- En el caso de un título obtenido en el extranjero (no comunitario), deberás presentar la homologación oficial.
El siguiente paso, es comenzar a estudiar y preparar el examen. Una de las opciones más recomendables es matricularte en un curso especializado en la preparación de esta prueba, ya que multiplica por 10 las probabilidades de tener éxito.
Existen varias academias enfocadas en este examen, entre ellas te recomendamos mirial.es/examen-mir. En este centro, cuentan con personal docente altamente cualificado y con todo el material de soporte necesario, para ayudarte a alcanzar la plaza que deseas.
Cálculo de la nota total del examen MIR
La calificación conseguida en el examen representará el 90% de la nota definitiva y el 10% restante, dependerá de tu expediente académico. A partir de este dato, los aspirantes se clasificarán de mayor a menor puntuación.
Los participantes con las calificaciones más altas son los primeros en escoger plaza, especialidad y el hospital de destino para realizar la residencia. En nuestro país hay hasta 50 especialidades MIR entre las que pueden elegir los opositores. Estas especialidades están divididas en 4 categorías principales:
- Las quirúrgicas: que son las que practican los médicos cirujanos, con un abordaje invasivo para resolver cuadros clínicos como problemas del sistema nervioso, cardíacos o digestivos. Engloba especialidades como: cirugía maxilofacial, plástica, pediátrica o neurológica.
- Las médico-quirúrgicas: que combina la cirugía y los tratamientos farmacológicos para solucionar los problemas de salud de los pacientes. Incluye disciplinas como: la angiología, la dermatología, la obstetricia u la oftalmología.
- Las de laboratorio: para profesionales que quieran centrarse en el diagnóstico, con poca relación directa con los pacientes. Algunos ejemplos de especialidades de esta categoría son: radiología, medicina nuclear, bioanálisis, o inmunología.
- Las clínicas: las que se enfocan en la atención personal a los pacientes, proponiendo tratamientos preventivos y apoyándose en diagnóstico y opciones terapéuticas. Aquí entrarían: cardiología, medicina interna, oncología o pediatría.
En conclusión, el examen MIR es una prueba compleja que requiere un gran esfuerzo para su preparación. Es por ello, que conviene apoyarse en academias con experiencia, que pondrán a tu alcances profesionales docentes experimentados y recursos de soporte de gran calidad.