La Denominación de Origen Protegido Arroz de Calasparra se encuentra en mitad de la campaña de siega del arroz y espera recoger este año cerca de tres millones de kilos de producto de excelente calidad.
Así lo pudo comprobar la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira, quien visitó esta mañana los cultivos de arroz de la Denominación de Origen Calasparra, donde destacó “la calidad y exclusividad de uno de los productos emblemáticos de la Región de Murcia, reconocido a nivel internacional por su sabor y su textura”.
A ello sumó “la apuesta medioambiental de sus agricultores, ya que el cultivo del arroz apenas consume agua, debido a que en todas las parcelas del Coto el agua fluye desde los canales y acequias hasta el río”, siendo una de las características que lo diferencian de otros arroces del mundo que se cultivan con agua estancada, y que lo convierten en “uno de los sectores embajador de la Región de Murcia que, además, fomenta la biodiversidad medioambiental”, reconoció.
Cabe recordar que los arroces protegidos por la Denominación de Origen Calasparra pertenecen exclusivamente a las variedades Balilla x Sollana y Bomba, alcanzando el cultivo ecológico un 20 por ciento esta campaña.
La consejera recordó que “desde el Gobierno regional vamos a continuar colaborando con la DOP para eliminar los problemas fitosanitarios”, mediante la colocación, en el coto arrocero, del método de confusión sexual contra el barrenador del arroz, abarcando la totalidad del área cultivada”.
Grupo Operativo ArrozInnova
Con el objeto de potenciar el cultivo de arroz y mejorar la rentabilidad para el agricultor, el Gobierno regional impulsó en 2021 la creación del Grupo Operativo ArrozInnova ‘Innovaciones agroecológicas sobre el cultivo del arroz bomba en la DOP’.
El proyecto se desarrolla sobre el Coto Arrocero de Denominación de Origen Calasparra, con una superficie aproximada de 1.200 hectáreas y 150 agricultores cultivadores inscritos.
Hasta la fecha, la Comunidad ha invertido 165.565 euros que han permitido llevar a cabo una serie de acciones como el trasplante mecanizado y su comparación con el método tradicional de siembra; la optimización del abonado; la incorporación de técnicas innovadoras en el manejo integrado de plagas; o la puesta en marcha de una plataforma de recogida y almacenamiento de datos.
Los resultados presentados recientemente muestran, además de la reducción significativa en el uso de agua y fertilizantes, un ahorro considerable en el uso de semillas de hasta el 70 por ciento con respecto a la siembra manual.