Homologación de juguetes, ¿por qué tiene tanta importancia?

sin-titulo-117

Los juguetes son objetos que acompañan a los niños en su desarrollo físico, cognitivo, emocional y social. Por eso, es fundamental que sean seguros y adecuados para cada edad, evitando así posibles riesgos para la salud o la integridad de los más pequeños.

La homologación de juguetes es el proceso que garantiza que un juguete cumple con los requisitos de seguridad establecidos por la normativa vigente, tanto a nivel nacional como europeo.

¿Qué es la homologación de juguetes?

La homologación de juguetes es un tipo de certificación que implica el reconocimiento oficial de que un juguete cumple con los requisitos de seguridad obligatorios, definidos en especificaciones técnicas o normas. Estos requisitos pueden referirse a aspectos como la composición, el diseño, el etiquetado, el embalaje, las instrucciones, las advertencias o los ensayos que debe superar el juguete antes de salir al mercado.

Se realiza mediante una evaluación de la conformidad, que puede implicar distintos procedimientos según el tipo de juguete y el nivel de riesgo que presente. Por ejemplo, algunos juguetes pueden requerir una autoevaluación del fabricante, mientras que otros pueden necesitar una intervención de un organismo notificado, que es una entidad independiente y acreditada para verificar el cumplimiento de las normas.

La homologación de juguetes se evidencia mediante el marcado CE, que es el símbolo que indica que el juguete cumple con la legislación europea sobre seguridad de los juguetes, así como con otras directivas aplicables, como la de compatibilidad electromagnética o la de bajas tensiones. El marcado CE debe ir acompañado de la identificación del fabricante o del importador, así como de un número de serie o de lote que permita la trazabilidad del producto.

¿Qué normas regulan la homologación de juguetes?

La homologación de juguetes se rige por la normativa española y europea, que se complementan y armonizan entre sí. A nivel nacional, el Real Decreto 1205/2011, de 26 de agosto, sobre la seguridad de los juguetes, establece las normas de seguridad de los productos diseñados o previstos para ser utilizados con fines de juego por niños menores de catorce años, así como la libre circulación de los mismos. Este real decreto incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva 2009/48/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de junio de 2009, sobre la seguridad de los juguetes, que sustituye a la anterior Directiva 88/378/CEE, de 3 de mayo de 1988.

La Directiva 2009/48/CE tiene como objetivo mejorar la seguridad de los juguetes y armonizar las legislaciones de los Estados miembros, estableciendo los requisitos esenciales de seguridad que deben cumplir los juguetes, así como los procedimientos de evaluación de la conformidad, el marcado CE, las obligaciones de los agentes económicos y las medidas de vigilancia del mercado. Además, la directiva se adapta al Reglamento (CE) n.º 1272/2008, sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas, que introduce criterios más estrictos para limitar la presencia de sustancias químicas peligrosas en los juguetes.

La normativa española y europea se apoya en las normas armonizadas, que son especificaciones técnicas elaboradas por organismos de normalización reconocidos, como el Comité Europeo de Normalización (CEN) o el Comité Europeo de Normalización Electrotécnica (CENELEC). Estas normas armonizadas proporcionan los métodos y criterios para demostrar el cumplimiento de los requisitos esenciales de seguridad de los juguetes. La referencia de estas normas se publica en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), y su aplicación es voluntaria, aunque confiere una presunción de conformidad con la directiva.

La serie de normas armonizadas más relevante para la seguridad de los juguetes es la EN 71, que consta de 14 partes que abordan distintos aspectos, como las propiedades mecánicas y físicas, la inflamabilidad, la migración de elementos, el ruido, los requisitos químicos o la seguridad eléctrica. Otras normas armonizadas que pueden ser aplicables a los juguetes son la EN 62115, sobre seguridad de los juguetes eléctricos, o la EN 60825-1, sobre seguridad de los productos láser.

¿Qué beneficios tiene la homologación de juguetes?

La homologación de juguetes tiene múltiples beneficios tanto para los consumidores como para los fabricantes. Por un lado, los consumidores pueden confiar en que los productos que adquieren son seguros y adecuados para sus hijos, siempre que verifiquen que llevan el marcado CE de juguetes y que sigan las instrucciones y las advertencias de uso. Además, los consumidores tienen derecho a reclamar en caso de que el juguete presente algún defecto o incumpla la normativa, y a recibir una información clara y veraz sobre las características y el origen del producto.

Por otro lado, los fabricantes pueden acceder al mercado europeo con mayor facilidad y competitividad, al contar con un marco normativo común y armonizado que garantiza la libre circulación de los juguetes. Asimismo, los fabricantes pueden mejorar la calidad y la innovación de sus productos, al tener que cumplir con unos estándares de seguridad elevados y actualizados. Además, los fabricantes pueden evitar sanciones o retiradas de productos, al asumir su responsabilidad sobre la conformidad de los juguetes y su trazabilidad.