El té verde es una de las infusiones más consumidas a nivel mundial. Esto, sin importar sus incontables variedades, muchas de ellas concentradas en China y Japón.
Actualmente, el té verde se utiliza para amenizar las reuniones de amigos y familiares, para tomar una infusión relajante al final de la tarde y en algunas culturas, como el centro de una experiencia mucho más profunda. Esta bebida ha trascendido culturas y naciones durante milenios, por lo que conviene conocer sus orígenes y particularidades.
Origen
El té verde se obtiene a partir de las hojas de la Camellia sinensis. Se comenzó a utilizar en China, cuna del té, hace más de 5.000 años, según las referencias encontradas en manuscritos.
En su momento, se utilizó como bebida medicinal y ceremonial, sobre todo en las altas esferas del poder. Sin embargo, tras la llegada de la dinastía Ming al poder, en China el consumo del té en general y del té verde en específico se masificó a toda la población. Algo que ha permanecido hasta el día de hoy.
El té verde fue introducido a Japón aproximadamente en el siglo XII, y hoy es uno de los que principalmente se utiliza para la ceremonia del té en dicho país.
Proceso de producción
Si bien es cierto que el té verde hoy se puede encontrar en sobres de muchas marcas, el proceso de producción artesanal se sigue llevando a cabo en países como China, Japón, Vietnam o Corea del Sur. No difiere mucho en la variedad del té verde o el país:
- Se cosechan las hojas jóvenes de la planta Camellia sinensis.
- Se marchitan para eliminar la humedad.
- Se secan al aire o con calor artificial para detener la oxidación.
- Se clasifican y empaquetan según su calidad.
Beneficios para la salud
Desde hace más de 4.000 años, el té verde se utilizó como una forma de prevenir el escorbuto en los navegantes chinos gracias a su concentración de vitamina C. Sin embargo, su uso medicinal, hoy respaldado por mucha evidencia científica, llega hasta estos días gracias a todos los beneficios que tiene:
- Rico en antioxidantes, que combaten los radicales libres.
- Puede ayudar a prevenir enfermedades cardíacas, cáncer y Alzheimer.
- Favorece la pérdida de peso y la salud bucal.
- Mejora la función cerebral y la memoria.
Por esa razón, en algunos países el té verde se consume a razón de hasta 2, 3 o incluso 5 tazas por día, siendo más allá de un arraigo cultural, una forma de cuidar de la salud de las personas.
Preparación
La preparación es sencilla, dependiendo siempre de si son hojas secas obtenidas de forma artesanal, o si se trata del producto comercial.
- Artesanal: se calienta el agua hasta antes del punto de ebullición. Es decir, entre 80 y 90 °C. Se colocan las hojas no más de 3 minutos. Más tiempo hace que el té se vuelva amargo.
- Té verde comercial: se sumerge el sobre en agua caliente durante al menos dos minutos. Se retira el sobre y se consume.
Variedades
Aunque en el mundo occidental se suele hablar del té verde como un único producto, en realidad existen cientos de variantes y principalmente en China, donde en cada una de las provincias hay incluso más de 5 variantes de alta calidad.
Sin embargo, si se quisiera hablar de las variedades más populares del té verde, serían sin duda las siguientes:
- Sencha: el té verde más popular en Japón, con un sabor ligero y fresco. Es comúnmente utilizado durante la ceremonia del té.
- Matcha: té verde en polvo de sabor intenso y vibrante. Se utiliza en reuniones sociales.
- Gyokuro: té verde de alta calidad con un sabor dulce y delicado.
- Longjing: té verde chino con un sabor ahumado y terroso. Es el producto estelar dentro de todos los tés chinos.
Investigación científica y sostenibilidad
Con 5.000 años de historia, la documentación y la investigación científica de esta infusión es una de las más sólidas. Por esa razón, muchos de sus beneficios para la salud están más que sustentados por evidencia científica.
Además de eso, el cultivo del té verde es una práctica sostenible, que no utiliza pesticidas ni mucha agua, además de que prácticamente se produce durante todo el año.