El lugar sobre el que se asienta la catedral de Murcia, y sobre el que originariamente se levantó una mezquita, es el mejor de los posibles en el casco urbano de la ciudad porque tiene grava compacta más cerca de la superficie. Esta es una de las conclusiones del estudio del terreno alrededor del templo realizado por investigadores del grupo GEODE de la UPCT con financiación de la Fundación Séneca.
La investigación, dirigida por Marcos Martínez Segura, ha concluido que el entorno de la Catedral tiene valores medios de amplificación de las ondas sísmicas de posibles terremotos.
“El modelo de suelo obtenido consiste en una primera capa de limos arcillosos. A continuación, se presenta una capa de limos arenosos y arenas limosas. Seguidamente, aparece una primera capa de gravas arenosas. Los materiales situados por debajo de la primera capa de gravas presentan ya una compacidad elevada”, detalla el investigador de la Escuela de Caminos y Minas de la Universidad Politécnica de Cartagena.
El estudio geotécnico de la cimentación de la torre de la catedral encontró que está formada por una losa continua de mortero de cal con bloques y gravas de cuarcita, caliza y arenisca y fragmentos de ladrillo macizo. Los resultados de la tomografía eléctrica muestran la existencia de una losa de cimentación a entre 5 y 6 metros de profundidad.
También realizaron un modelo 3D de tomografía eléctrica, hallando anomalías resistivas que se corresponderían con cámaras de aireación, cavidades o pozos. “Sería conveniente establecer un estudio de investigación con técnicas geofísicas no invasivas que permitiera la posibilidad de hallar esas cavidades ocultas con el objetivo de dejar documentado el subsuelo para futuras intervenciones de mejora en la ventilación subterránea del templo y así eliminar la humedad por capilaridad en los muros”, comenta Martínez Segura.
Los investigadores hicieron asimismo un levantamiento fotogramétrico mediante vuelo de dron en el que se constata que la torre está ligeramente inclinada hacia el Este (0,7 grados) y el Norte (0,5 grados).
“Este proyecto ha puesto de manifiesto que las técnicas geofísicas con las que se ha realizado este trabajo son una herramienta innovadora que obtiene información precisa y veraz de la estructura de la zona de estudio que permite realizar una interpretación esencial para las labores futuras de investigación a realizar”, concluye el investigador, que está dirigiendo una tesis doctoral en la que se seguirá investigando la resistencia de la catedral ante futuribles sismos.