Las rupturas matrimoniales siempre son complicadas, pero cuando a eso se le suman las dificultades económicas que puedan estar atravesando los componentes de la pareja, en demasiadas ocasiones se concibe como algo imposible, llevar a cabo un divorcio. Muchas parejas o familias que apenas llegan juntas a fin de mes no se atreven a dar el paso de una separación legal definitiva, aunque el matrimonio este roto. No obstante, consultar con los abogados expertos en esta materia despejará muchas dudas y, en más ocasiones de las que se piensan, aportan soluciones que no se habían contemplado ofreciendo salidas viables.
El fin de una relación matrimonial por el motivo que sea no debe sufrir impedimento alguno, mucho menos por el económico. Por este motivo, el divorcio express es en la actualidad la fórmula más sencilla, acertada, económica y menos traumática de llevar a cabo todo el proceso de separación. Sin embargo, la actual situación económica que viven la mayoría de los ciudadanos, parejas y familias hace que aparezcan situaciones complicadas en las que se quiere dar el paso, pero hay que afrontar demasiadas dudas y temores.
La casa es mía y mi pareja no quiere irse
Muchos llegar a los bufetes de abogados especializados en divorcios afirmando que la casa es mía y mi pareja no quiere irse. Es una situación muy frecuente, en la mayoría de los casos porque uno de los cónyuges no tiene donde ir y se resiste a abandonar el que hasta ese momento ha sido su hogar.
Se trata de una situación compleja que no tiene una respuesta simple en relación a lo que se debe hacer, pues depende de muchos factores. Si es una pareja sin hijos y la vivienda pertenece a uno de ellos, es lógico que, terminada la relación, este se marche por voluntad propia. Sin embargo, nos siempre es así y en ocasiones se hace necesario iniciar un proceso judicial. Además, en caso de tener hijos, hay que analizar las circunstancias más detalladamente.
Los abogados de Divorcieitor asesorarán con detenimiento para no dar pasos en falso y tomar las mejores decisiones a la hora de comenzar con el proceso de divorcio. Sobre todo, para echar a la pareja de casa si procediera, llegado el caso de que esta no se fuera por sí misma, que siempre es la opción más conveniente.
Si me separo, no tengo a donde ir
Uno de los mayores temores de muchos miembros de la pareja que ya no se sienten felices en una relación, pero que la mantienen, es porque afirman que si me separo no tengo donde ir. En estos casos, para terminar con una relación, lo primero que hay que hacer es acudir a un bufete de abogados especializado que infunda confianza desde el que recibir un buen asesoramiento acerca de las opciones que se tienen.
Solo estos especialistas conocen las leyes del derecho de familia y las aplicarán en cada caso para encontrar las soluciones más favorables para los intereses de sus clientes. Estos expertos explican que no hay que tener miedo al divorcio, puede que se sienta que si se toma la decisión de separarse no se tendrá dónde ir, pero siempre existe una solución.
Divorcio express de mutuo acuerdo
En cualquier caso, lo mejor es siempre alcanzar un acuerdo sano y maduro en el que los cónyuges tengan la actitud constructiva. En este sentido, no se suele tener miedo al divorcio en sí, sino a los términos en los que se efectúe. Ambos cónyuges son titulares de derechos y obligaciones dentro del matrimonio y lo más habitual es que ambos pretendan lo más favorable en un sentido egoista de la situación. Sin embargo, esta actitud es totalmente incompatible con la idea de un divorcio de mutuo acuerdo y, por lo tanto, no será posible un convenio regulador de mutuo acuerdo.
Para conseguir tramitar un divorcio express de mutuo acuerdo, que es el más económico y saludable, el que produce menos enfrentamientos y desgaste, ambos componentes del matrimonio deben ceder. En caso contrario, todo se complica y, en la mayoría de los casos, ambos salen perdiendo.
Divorcio por la vía contenciosa
Cuando no se llega acuerdo, no queda más remedio que iniciar un proceso de divorcio por la vía contenciosa, un procedimiento mucho más largo, caro y complicado, en el que aparecen tensiones y disputas. Finalmente, es un juez el que dictará sentencia y, como norma general, ninguna de las partes queda conforme, especialmente cuando hay hijos en común y hay que decidir también sobre ellos y la relación que se mantendrá a partir de entonces con cada progenitor.
En definitiva, ninguna separación o divorcio es fácil, pero siempre será más sencillo si se cuenta con toda la información que solo los abogados especializados en derecho de familia pueden ofrecer.