En la tarde del jueves 31 de agosto, los corazones de los murcianos latirán al unísono con un fervor ancestral mientras se preparan para recibir a la Virgen de la Fuensanta en su descendimiento desde el Santuario hasta la majestuosa Catedral de Murcia. Este evento, que ha perdurado a lo largo de generaciones, es mucho más que una simple procesión; es un vívido símbolo de fe, arraigo cultural y una conexión profunda con la historia de la región.
La jornada de la romería comienza con la emocionante salida de la Virgen del Santuario de la Fuensanta a las 15:00 horas en el Santuario de la Fuensanta. A medida que la imagen de la Virgen es preparada para el descenso, los fieles empiezan a congregarse, ansiosos por acompañarla en su camino hacia la ciudad. El recorrido se transforma en una experiencia compartida, donde las calles se llenan de devotos, lugareños y visitantes que se unen en un espíritu de celebración y gratitud.
El descenso de la Virgen de la Fuensanta no es solo un acto de religiosidad, sino también una muestra de la riqueza cultural y artística que caracteriza a Murcia. Las calles se engalanan con altares y decoraciones florales, mientras que las bandas de música acompañan el paso de la imagen con melodías que tocan el corazón de todos los presentes. El cortejo procesional se convierte en un desfile de tradición y colorido que impregna las calles de una energía festiva y respetuosa.
A medida que la tarde avanza, la Virgen se acerca lentamente a su destino final, la Catedral de Murcia, donde se prevé su llegada alrededor de las 19:00 horas. La plaza frente a la Catedral se convierte en un lugar de encuentro, donde los fieles esperan ansiosos para dar la bienvenida a la patrona de la ciudad. Las campanas repican anunciando su llegada, y un silencio reverente se cierne sobre la multitud mientras la imagen es recibida con oraciones, vítores y lágrimas de emoción.
Este evento trasciende lo religioso para convertirse en un puente entre pasado y presente, un momento en el que la comunidad murciana se reúne para honrar sus raíces y celebrar la herencia que han recibido. El descenso de la Virgen de la Fuensanta es una tradición arraigada en el corazón de cada murciano, y su significado perdura a través de los siglos.
En la tarde del 31 de agosto, la ciudad de Murcia se viste de fiesta y religiosidad para recibir a su amada patrona y con ello se da el pistoletazo de salida a la Feria de Septiembre. La devoción y el respeto se entrelazan con la historia y la cultura, creando un momento único y conmovedor que deja una huella imborrable en quienes tienen el privilegio de presenciarlo.
