Crowdfunding o financiamento compartido, es una nueva fórmula de sacar adelante los proyectos sin necesidad de gastar demasiado dinero. Este tipo de financiación se puso de moda por el año 2010, como parte de un movimiento que unía al emprendimiento con las nuevas tecnologías. Las startups han encontrado en el “crowdfunding” una interesante alternativa para proyectos de alto riesgo. Este mecanismo, que suele realizarse por vía online, permite a inversionistas hacer aportes de dinero, ya sea como donación, inversión o préstamo para que los empresarios puedan desarrollar sus proyectos. Normalmente, los proyectos son bastante innovadores o implican algún cambio de visión de negocio. Motivos por los que es más natural que desconocidos apuesten por el proyecto.
Obviamente, si llevas a un banco tradicional un proyecto con alto riesgo, es poco probable obtener el dinero que necesitas. La evaluación de crédito para los empresarios hace difícil sacar a la luz productos disruptivos y por ese motivo, se pensó en el poder de la gente como vía alternativa. Muchos pequeños inversionistas pueden hacer lo mismo que un solo gran inversor o un solo préstamo del banco. Esto se encuadra en la filosofía de la economía de colaboración, mismo concepto que siguen otras empresas de internet como wikipedia, airbnb o Uber.
Crowdfunding y sociedades del futuro
El crowdfunding cambia totalmente la forma de repartir la riqueza. Las técnicas para ahorrar costes en una startup ya no son para nada las mismas que eran antes. En el fondo, se trata de un tipo de inversión totalmente diferente al del viejo paradigma: vemos que ya no se reserva a los enterados del sector, que es mucho más abierto y horizontal. Las jerarquías ya no son tan claras como antes y los capitalistas de fondos ya no tienen tanto poder como hasta hace solo una década. Desde ahora, el pequeño inversor también puede acceder a lo que dentro de poco podría convertirse en el boom del momento, el nuevo Twitter o el nuevo Airbnb.
5 modelos de crowfunding
Por donaciones sin esperar beneficios a cambio, simplemente porque crees que es un buen proyecto o porque soporta una creencia social que te interesa. Por recompensas, es decir, que se espera una devolución o algo a cambio de la aportación; por acciones, es decir, que luego recibes participaciones de la empresa a la que apoyas; como crowdlending, es decir, préstamos en masa a cambio de un tipo de interés; por royalties, es decir, cuando se invierte y se espera una mínima parte de los beneficios de la empresa.
Crowdfunding: cómo funciona
El primer paso es el envío del proyecto por parte del empresario. Es esencial que al enviar el poryecto, idea, empresa, lo plantee de manera atractiva y fácilmente comprensible ya que no va a poder tener una entrevista con las personas que accedan a ver de qué se trata lo que quiere hacer. En muchos casos lo que se hace es un vídeo explicativo. La presentación del proyecto suele hacerse en plataformas de crowdfunding online, de forma que el empresario se convierta en candidato a la financiación. Al presentar el proyecto debe describirlo e indicar en cuánto tiempo necesita el dinero y qué cantidad, además de decir, claro está, qué clase de crowdfunding desea elegir (entre los 5 que comentábamos antes).
Después de esto, la comunidad o la misma plataforma de crowdfunding pasa a valorar el proyecto y durante el periodo de tiempo indicado por el empresario, la propuesta se queda como candidata. Este será el periodo que tienen disponible para conseguir la financiación que necesitan. Parece natural pensar que, para conseguir llegar al objetivo de dinero en el tiempo indicado, el empresario buscará promocionarse por todos los medios posibles: redes de amigos, social media, una web, etc. El cierre del proyecto llega cuando finaliza el tiempo indicado al inicio, y se comprueba cuánto dinero se ha conseguido obtener. Con este dinero el empresario podrá financiar su proyecto. Si no consigue llegar a la meta necesaria para empezar, seguramente al menos, habrá conseguido un empuje inicial.