Cómo divorciarse sin grandes dramas ni gastos económicos

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La vida en matrimonio no siempre es el cuento de hadas que pensamos en un principio. Quien crea que las relaciones de pareja están exentas de discusiones, apatía y resentimiento, está muy equivocado. El paso de los años puede convertirse en una auténtica odisea si no se trabaja a diario para mantener viva la llama del amor. Sin embargo, esto no tiene por qué ser algo complicado ni en lo económico ni en lo emocional. Los divorcios son trámites realmente habituales en los tiempos que corren; aunque es fundamental saber cómo enfocar este procedimiento para evitar complicaciones en la medida de lo posible.

Cuestiones habituales que debes valorar antes del divorcio

La tasa de divorcios ha crecido de forma sustancial a lo largo de las últimas décadas; lo cual deja una clara evidencia de que no se trata de un trámite complejo en materia legal. No al menos si se lleva a cabo por la vía del mutuo acuerdo. Sin embargo, antes de tomar una decisión en firme es necesario hacerse ciertas preguntas. Porque es muy habitual separarse a los 40 lo que nadie te cuenta es que muchos de los conflictos se pueden solucionar si se gestionan bien las emociones.

¿Por qué muchos divorcios son en torno a los 40 años? Bien conocida es la “crisis de los 40”. Ahora bien, ¿cuál es el motivo de esta etapa? Quienes deciden casarse antes de vivir todo tipo de experiencias durante la juventud, cuando alcanzan dicha edad ven que el paso de los años no es piadoso. Que corren el riesgo de perderse aventuras inolvidables que deberían formar parte de sus recuerdos. No obstante, esto no es incompatible con la vida en pareja. Simplemente hay que sentarse a hablar las cosas y, a través de una comunicación empática y fundamentada en el cariño mutuo, dejar ciertas alas a la pareja. Una forma de salvar la relación, evitando que el compañero o compañera que tenemos a nuestro lado nos vea como los enemigos de su felicidad.

Ahora bien, esto es simplemente una generalización de los conflictos que se suelen dar en los matrimonios. Cada pareja es un mundo y no siempre es posible salvar la relación. Con esto en mente, queremos decirte que es irrelevante la causa del divorcio, menos todavía la edad de los implicados. Lo único que importa es ser capaces de ser coherentes con la situación y no actuar desde el rencor o el resentimiento. Si la separación es la única vía hacia el bienestar emocional, entonces toca asumirlo y trabajar para que este trámite se desarrolle sin mayores problemas. Algo en lo que la vía del mutuo acuerdo tiene mucho que decir.

Solicita todos los papeles de forma rápida y sencilla

El primer paso para divorciarse es ejecutar la solicitud papeles de divorcio para imprimir. Estos incluyen el certificado de matrimonio y el de nacimiento de los hijos (si los hubiera), disponibles en el Registro Civil, el certificado de empadronamiento en el Ayuntamiento y el convenio regulador. Este último documento es importante que se rellene junto a un abogado de familia, quien permanecerá junto a la pareja en todo momento.

En el convenio regulador se incluyen todas las cuestiones relativas a la separación, como es el caso de la fijación de las pensiones, la liquidación de gananciales o la custodia de los hijos. A pesar de ser el tema más delicado de un divorcio, es posible completarlo sin mayores inconvenientes. Para ello, hay que ponerse en contacto con los mejores abogados del sector, quienes guían a la pareja para que se mantengan dentro del camino amistoso. Un proceso mucho más llevadero en lo emocional y, sobre todo, en lo económico; capaz de resolver el divorcio por tan solo 150€ por cónyuge.

Sin embargo, para que esto ocurra así es necesario ser respetuosos con la otra persona. La vida en matrimonio está lejos de ser sencilla y, si no termina en aquello de “hasta que la muerte os separe”, no pasa nada. Esto no es más que un concepto romántico e idealizado de las relaciones. Dejad los dramas de lado y poner la vista en los momentos de felicidad vividos. No son pocos. Una forma de concluir esta etapa de una forma satisfactoria para poder empezar desde cero sin malos sentimientos de por medio.