Cómo afrontar un examen con éxito

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Hacer un examen puede ser una experiencia bastante estresante y es bastante común sentirse nervioso e incluso algo abrumado conforme se va acercando el día. Tener bien estudiado todo el temario siempre ayuda a sentirse algo más tranquilo pero hay otras cosas que también puedes hacer para aumentar tus probabilidades de éxito, estresarte menos y tener más confianza durante el examen.

El día anterior al examen

El día de antes del examen ya deberías haber terminado de estudiarlo todo y dedicarlo únicamente a hacer un repaso ligero y poco estresante. Acuéstate pronto y procura dormir todas las horas que necesites para estar despejado por la mañana.

El día del examen

– Toma un desayuno nutritivo que incluya alimentos como carbohidratos complejos (como pan integral o cereales integrales), proteínas (leche, queso, huevos), frutas, zumo, frutos secos. Esto te aportará los nutrientes que necesitas para que tu cerebro funcione al máximo nivel.

– Lleva al examen algunos frutos secos (por ejemplo, nueces) para comer durante el examen y mantener tu cerebro bien nutrido.

– Lleva una botella de agua y bebe durante el examen. Te ayudará a pensar mejor, a relajarte e incluso a obtener mejores notas, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de East London y la Universidad de Westminster con 447 estudiantes.

Durante el examen

– Si estás nervioso, respira hondo y despacio unas cuantas veces. Un par de minutos de meditación mindfulness puede servirte de gran ayuda.

– Mantente pendiente del tiempo durante el examen para saber de cuánto tiempo dispones.

– Lee todo el examen antes de empezar. No olvides que, además de la mente consciente, tienes una inconsciente que trabaja sin que te des cuenta. Al leer todo el examen, tu mente inconsciente puede estar ya trabajando en las otras preguntas mientras tu mente consciente se centra en desarrollar la primera.

– Empieza respondiendo primero las preguntas que te sabes mejor, pues son las que responderás con más facilidad y rapidez. Esto ayudará a aumentar tu confianza. Deja para el final la más difícil, así podrás dedicarle todo el tiempo que te quede sin preocuparte de tener que responder a otras preguntas.

– Lee atentamente la pregunta para tener claro qué te están preguntando exactamente. No te precipites.

– Escribe bien. La presentación del examen puede ser tan importante como su contenido. Aumentarás tu nota si, además de saberte la respuesta, sabes cómo expresarla adecuadamente por escrito de manera que se entienda bien lo que estás diciendo. Te resultará más fácil hacer esto si te sabes bien el temario, lo entiendes correctamente y sabes de lo que estás hablando. Escribe con letra clara, sin tachones, dejando el espacio apropiado entre renglones y en los márgenes. Si es una respuesta larga, trata de estructurarla con encabezados, numeraciones, listas, etc. En definitiva, haz que el contenido de tu examen sea visualmente atractivo.

– Reserva un tiempo al final del examen para repasarlo todo. Si descubres que se te ha olvidado algo importante, no trates de meterlo con letra minúscula en un pequeño espacio. Tan solo añade una nota diciendo algo como: “Esta pregunta contiene una aclaración en la última página” o “Esta pregunta continua en la última página” y añade una página al final del examen donde especificas: “Aclaración/continuación de la pregunta nº X” y desarrollas en ella tu respuesta.

Estrategias para usar durante el examen

Según el tipo de pregunta que te hagan y el tipo de respuesta o su longitud, puedes necesitar recurrir a algunas estrategias como las siguientes:

– Usa una hoja en blanco para hacer un esquema con las principales ideas que deseas expresar y que te sirvan de guía para desarrollarlas luego en la hoja de examen.

– Si no recuerdas bien una respuesta, escribe en una hoja aparte cualquier palabra o frase que se te ocurra, como una tormenta de ideas. Esas palabras, idas o frases sueltas y aparentemente inconexas pueden servirte de ayuda para recordar.

– Si no tienes del todo claro cómo estructurar una respuesta sigue este esquema: usa el primer párrafo para dar una respuesta clara. Usa dos o tres párrafos más para explicar tu respuesta con más detalle. Usa un último párrafo de conclusión para hacer un resumen conciso de lo que has escrito.