Colunga cambia el rumbo del Real Murcia: sensatez, cantera y fútbol reconocible

Hay veces en el fútbol en las que el cambio no llega con un golpe de efecto, sino con una dosis de sentido común. Eso es lo que ha traído Adrián Colunga al banquillo del Real Murcia. Sin estridencias, sin discursos grandilocuentes, pero con trabajo, coherencia y decisiones que hoy empiezan a dar sus frutos.

El equipo ha pasado de la inercia gris a la ilusión. De la duda a la confianza. De la irregularidad al crecimiento. Tres victorias consecutivas lo confirman: pasar de ronda en Copa del Rey, lograr la primera victoria fuera de casa ante el Betis Deportivo y, sobre todo, el triunfo ante el Nàstic (3-2) en un Enrique Roca que llevaba tres años sin ver una remontada grana.

La sensatez como bandera

Colunga no ha inventado nada, pero ha hecho lo que muchos pedían: colocar a los jugadores en su sitio y recuperar la estructura que mejor entiende este equipo. Ha vuelto la defensa de cuatro, ha regresado el sistema con dos delanteros, y se ha liberado a Ekain, que ahora se mueve con más libertad en ataque, entendiendo los espacios y siendo más peligroso que nunca, al igual que Flakus que ha recuperado el olfato de gol.

Por la derecha, Benito parte desde banda pero se mete hacia dentro para generar, dejando toda la banda para las subidas de Mier, que vuelve a brillar como lateral profundo. Y por la izquierda, Bustos ha dado un paso al frente. Su nivel ha crecido con cada partido y su gol de chilena ante el Nàstic fue la guinda a un rendimiento que roza el notable.

La apuesta por la cantera

Otro de los grandes aciertos del nuevo técnico ha sido mirar hacia la cantera. Los nombres de Héctor Pérez, Andrés López o Rubén Vila ya suenan con naturalidad en las alineaciones y convocatorias, demostrando que el talento joven murciano está preparado para competir. Y el otro día, Izán debutó con el primer equipo, símbolo de un mensaje claro: si trabajas, tendrás tu oportunidad.

En un club que necesita reconectar con su gente, esa apuesta tiene un valor incalculable. La grada del Enrique Roca no solo celebra los goles; celebra ver a jugadores formados en casa defender el escudo con orgullo.

Falta el último paso: el centro del campo

Si hay una zona que aún necesita afinarse, esa es el centro del campo. La ausencia de Moyita, lesionado, ha dejado un hueco importante. Con Etxeberria, era el jugador que más kilómetros recorría —algo difícil de entender cuando se trata, precisamente, del jugador con más talento en la zona creativa—. Colunga sabe que cuando recupere a Moyita, el equipo ganará esa pausa, esa visión y ese último pase que pueden marcar la diferencia.

El regreso a la identidad

El Real Murcia ha recuperado algo más valioso que los puntos: una identidad reconocible. Un equipo ordenado, solidario, competitivo, que sabe lo que juega y que transmite. Colunga no ha hecho magia, ha hecho fútbol. Y en un club acostumbrado a las turbulencias, eso ya es mucho.

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