Autónomos: ventajas y desventajas de trabajar por tu cuenta

¿Has trabajado en alguna ocasión en el ámbito de los autónomos? Ser tu propio jefe, trabajar desde tu hogar o un espacio de coworking y gestionar por ti mismo tu flujo de trabajo o tus facturas se trata de una elección que tiene, como casi todo en esta vida, diversas ventajas y desventajas.  Te las detallamos a continuación, empezando por las buenas.

Ventajas de los autónomos

A continuación, la mejor parte que conlleva el hecho de ser freelance o autónomo:

  • Siendo autónomo desempeñas un control absoluto sobre el trabajo que realizas, gestionando tu día a día, conciliando tu vida laboral y familiar con tu tiempo de ocio o tus vacaciones. Podrás optar por tu propia metodología y beneficiarte de la flexibilidad horaria.
  • Puedes desgravar el IVA de los gastos relacionados con tu trabajo, como la gasolina, la factura de la luz o el pago de Internet.
  • Con respecto a la creación de una sociedad, los autónomos no tienen que aportar ningún capital inicial ni entregar balances de cierre de año ante otras obligaciones de la empresa. Por tanto, implica un abaratamiento de costes y una menor cantidad de trámites. Para ser autónomo solo tienes que acudir a Hacienda y darte de alta de la Seguridad Social.
  • Puedes trabajar para diversos clientes, rechazar aquellas propuestas que no te gusten, no te convenzan, manejar las tarifas que consideres apropiadas para cada encargo, reducir el volumen de empleo en momentos de estrés y conseguir ofertas de todos los lugares del mundo, ya que se trata de un trabajo de carácter descentralizado. Ser polifacético te hará crecer profesionalmente.
  • Para los autónomos, la tecnología está al orden del día y encontrarás numerosas aplicaciones y herramientas que te resultarán muy útiles para el empleo en tu sector.

Desventajas de los autónomos

No todo es coser y cantar para los autónomos, cuyo trabajo conlleva las siguientes desventajas:

  • No tienes la seguridad de percibir una cantidad fija mensual como un asalariado. Por otro lado, no existe la prestación por desempleo ni puedes pedir la baja a excepción que se trate de una incapacidad temporal.
  • Tienes un nivel enorme de responsabilidad, ya que todo el trabajo -incluso las deudas que puedas contraer-pasan por ti.
  • En lo relativo a los impuestos, la carga fiscal es más elevada que en las sociedades para determinados niveles de facturación. El IRPF se trata de un impuesto por tramos, mientras que el Impuesto de Sociedad es un fijo (21%).
  • Para algunos gastos, los autónomos pueden desgravarse solo el 50% del total (y del IVA), mientras que las empresas pueden desgravar siempre el 100%. Siempre está la posibilidad de solicitar ayudas para autónomos.
  • Conseguir financiación a través de un crédito o préstamo es más complicado siendo autónomo que una sociedad.
  • Tienes que ser tu propio gestor, preparar tus propias facturas, tener control de tus gastos y de la facturación.

¿Cuál de las opciones de resulta más apetecible, ser autónomo o asalariado?